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jueves, 11 de noviembre de 2010

Lactancia y porteo

Ya hace tiempo que me dio la ventolera y decidí invertir en uno de esos libros que citan en cualquier bibliografía que se precie sobre lactancia materna: el Lawrence [léase con temor reverencial y voz cavernosa] ;-)

I, Luca Galuzzi, via Wikimedia Commons
Cuando el susodicho llegó a casa en una época pre-semi-mundanza veraniega, no me dio tiempo a hacerle mucho caso, pero me llamó la atención lo "tochazo" que era y la seriedad de la edición. No en vano se titula "Lactancia Materna. Una guía para la profesión médica" y, ya se sabe que todo lo que suene a medicina tiene que ser serio y muuuuy trascendental.

En fin, que no es que me lo haya leído de cabo a rabo... Ya tendré tiempo. Pero lo he estado ojeando y leyendo las partes que me han ido resultando interesantes. En el capítulo del "Impacto psicológico de la lactancia materna", me llamó especialmente la atención el apartado sobre contacto corporal y tradición cultural, sobre todo porque sabía que les iba a gustar mucho a algunas de mis senseis en esto de la lactancia (y si ya lo sabíais, por lo menos me he acordado de vosotras).

A lo que iba, que me pierdo por las ramas. En este apartado, Lawrence & Lawrence (que no es sólo el Lawrence, es que, además, es Lawrence al cuadrado) afirman que, en la mujer, el comportamiento de la lactancia materna es muy variable entre las distintas culturas, que reglamentarizan tanto el inicio com la frecuencia y la finalización de la lactancia materna en función de las creencias, actitudes y valores que componen cada cultura.
El grado de contacto corporal que permite una cultura dada estalbece una diferencia fundamental entre las diferentes culturas. Simpson-Herbert ha descrito el grado de contacto corporal madre-lactante como la distancia física y social que las mujeres mantienen con respecto a sus hijos recién nacidos. La distancia física se contempla como un reflejo de la distancia social aprobada por la cultura correspondiente.

Así pues, las distintas culturas establecen distintos patrones "adecuados" para sostener al bebé: en brazos, en portabebés, en una cuna o un carrito, etc. La manera de vestir del recién nacido y de la madre (tipo y cantidad de ropa y posible aceptación de la exposición de la mama), el lugar donde debe permanecer cuando no es sostenido en brazos (cuna, carrito, hamaca, suelo,etc.) y el sitio donde debe pasar la noche (cama paterna, cuna, otra habitación) también son aspectos determinados culturalmente que influyen en la lactancia materna, sobre todo en la frecuencia y la duración de las tomas.
El efecto del aumento del transporte del lactante fue evaluado por Hunziker y Barr en un grupo de mujeres primíparas de Montreal que daban de mamar a sus hijos. Se ha señalado que en las sociedades industrializadas el patrón del llanto de los lactantes normales aumenta hasta las 6 semanas de edad y se continúa con una disminución del mismo hasta los 4 meses, cuando la mayor parte del llanto se produce a última hora de la tarde. Los investigadores hicieron que las familias del grupo de estudio incrementaran el sostenimiento o transporte de los lactantes en los brazos o en un portabebés durante un mínimo de tres horas diarias, mientras que los lactantes del grupo de control permanecían en la cuna o sentados a la vista. A las 6 semanas se detectó un llanto significativamente menos (43%) en los lactantes "sostentidos", especialmente durante las últimas horas de la tarde. Se observaron diferencias similares, aunue menores, a las 4, 8  y 12 semanas.
De Ernst Krause,
via Wikimedia Commons
También menciona el estudio de Cunningham et al. en el que proporcionaron portabebés o asientos infantiles de plástico a un grupo de mujeres de Nueva York de nivel económico bajo y cuyas conclusiones constataron que los bebés transportados en portabebés mantenían una sujección de mayor seguridad que los colocados en el asiento. No se observaron diferencias significativas en el tipo de alimentación, por lo que los autores no detectaron ningún efecto del porteo en la lactancia. Aún así, "su conclusión fue que en los grupos de nivel económico bajo la relación madre-lactante mejora con el uso tempranos de portabebés y con el contacto cómodo".

Finalmente, y antes de pasar a la reflexión sobre el colecho, el libro menciona un estudio antropológico de Whiting en el que estudió cómo 60 grupos sociales enfocaban el contacto corporal madre-lactante. En función de sus observaciones, clasificó las distintas culturas en niveles de contacto corporal intenso o escaso, según la siguiente tabla:

De Steve Evans (Bangladesh, India),
via Wikimedia Commons

N. del B. (Nota del Blogger):  He cambiado los términos "bolsas" y "bolsas blandas" por portabebés. Supongo que en inglés el término utilizado es "pouch", nombre de un tipo de portabebés, pero también término con el que se designa a la bolsa de los marsupiales (como los canguros).

Aquí, un excelente artículo sobre los beneficios del porteo de Mi Saquito Mágico y aquí otro magnífico también de Monitos y Risas.

Aquí, el artículo "La exterogestación y la necesidad de ser llevado".

Aquí un artículo que explica las razones biológicas por las que los bebés se benefician del porteo.

4 comentarios:

  1. Como siempre estoy más que de acuerdo con tus indagaciones,y en mis noches insomnes que son muchas leo todo lo que cae en mi pantalla sobre estos temas, y no dejo de sorprenderme de lo poquísimo que se habla y escribe sobre la importancia del colecho para la lactancia prolongada, gracias por escribir de ello y reflejarlo en tu blog, yo tuve que aprender por las malas.....

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  2. Gracias a las dos, Patricia y Rafi, por leerme y por motivarme para seguir actualizando mi blog con cositas que voy viendo que también son interesantes para los demás.

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  3. hola! muy bonito tu artículo quisiera compartirlo, Al estar cerca el bebe, la madre puede percatarse de sus necesidades y así, satisfacerlas...saludos!

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