VI Congreso de lactancia: lo que sabemos y no sabemos sobre bancos de leche

Imagen del banco de leche humana de Perth,
extraída de una ponencia anterior de Ben Hartmann.

Seguimos con la crónica del IV Congreso Español de Lactancia Materna. La jornada del vienres comenzó con una mesa redonda sobre bancos de leche humana en la que la segunda participación corrió a cargo de Ben Hartmann, responsable del banco de leche humana de Perth (Australia). Hartmann, a través de su experiencia en la puesta en marcha y gestión durante cuatro años de un banco de leche materna, profundizó en "Lo que sabemos y lo que no sabemos de los bancos de leche humana".

Comenzó señalando que "hay enormes oportunidades para investigar en esta área, porque es mucho lo que no sabemos" y explicó los inicios del proyecto en su país, donde todos los bancos de leche humana que habían existido previamente se habían cerrado en la década de los 80 debido a la epidemia de SIDA y el desconocimiento sobre esta enfermedad.

La labor principal fue de educación tanto al personal sanitario como a los padres sobre la seguridad y ventajas de la leche materna donadas, sobre todo en el caso de los prematuros. Después de cuatro años, señaló Ben Hartmann, hemos logrado un gran apoyo de la comunidad a la labor que hacemos en el banco de leche. Los padres de los niños hospitalizados solicitan leche donada para sus hijos, raramente tenemos que realizar campañas para reclutar donantes ya que se ofrecen espontáneamente y 322 donantes han proporcionado 3.500 litros de leche materna para el banco. "Además, el hecho de ofrecer la opción de alimentar a los niños con leche donada no redujo la frecuencia de lactancia materna en el servicio".

En cuanto a las incógnitas que se presentan sobre la organización y gestión de bancos de leche, una de las más importantes es el debate entres si se debe proporcionar a los bebés la leche cruda o pasteurizada, ya que este último proceso daña algunos de los anticuerpos y proteínas beneficiosas de la leche materna. En este sentido, explicó que en el banco de leche humana de Perthse realizaba un cribado de virus en sangre a todas las donantes y se realiza un análisis de la leche antes de la pasteurización. "No sabemos que grado de contenido bacteriano es seguro; el nivel será diferente para los diferentes bancos de leche y dependiendo de los receptores de las donaciones", argumentó Hartmann, aportando así su perspectiva a un debate alentado por los buenos resultados obtenidos en algunos estudios con prematuros alimentados con leche materna sin pasteurizar (cruda).

En cuanto al nivel bacteriano, comentó también una iniciativa interesante puesta en marcha en su banco de leche que consistió en el reparto de bolsas para esterilizar en el microondas los sacaleches y otros elementos que usan las donantes de leche para la extracción. Con esta simple medida, se consiguió reducir significativamente el número de lotes desechados debido a su gran contenido en bacterías.

También señaló que otra incognita importante sobre los bancos de leche humana son los métodos alternativos al calor para la pasteurización de la leche, que pueden contribuir a preservar las propiedades de la leche materna. En este sentido comentó que "hay vías prometedoras de investigación en la pasteurización usando rayos ultravioleta".

Finalmente reseñó que es, si cabe, más importante investigar en otros apartados, como en el desarrollo de estudios que contribuyan a entender mejor las necesidades nutricionales de los niños prematuros. "Es importante, también, entender mejor las barreras fisiológicas para el inicio de la lactancia materna tras el nacimiento de un prematuro, con el objetivo de minimizar la necesidad de leche humana donada", argumentó. Además, Hartmann ofreció un anuncio interesante: la creación de la red de bancos de leche de australasia.