Recién finalizada la Semana Mundial de la Lactancia Materna, la mayoría de los implicados en el ámbito del apoyo a las madres en su deseo de lactar contamos con el optimismo y el empuje que nos regalan las fiestas y encuentros de madres durante estos días, y también las declaraciones institucionales en apoyo de la lactancia materna.
Después, y poco a poco, parece que la cruda realidad vuelve a irrumpir en nuestro quehacer diario y nos hace abrir los ojos a la desoladora situación a la que se enfrentan muchas madres durante los primeros días de su maternidad: solas, recibiendo consejos contradictorios por todos los lados, pidiendo ayuda y encontrando escasa o ninguna empatía, sintiéndose anuladas y ninguneadas en el trato con el personal sanitario que las atiende en las plantas de maternidad…
Y es que el apoyo a la lactancia materna no es una excusa para hacerse fotos en días señalados sino que debería ser una convicción que interiorizaran los responsables de los hospitales y de los distintos servicios que atienden a las madres lactantes. Se debería traducir, sobre todo, en formación, pero también en políticas y protocolos de atención y apoyo a la lactancia.
Apoyo moral ¿Y qué más?
Hoy en día ya casi nadie se atreve a decir que no apoya la lactancia materna. No, más bien al contrario, todos los pediatras, enfermeros, ginecólogos, gerentes de centros de salud y de hospitales se confiesan fervientes defensores de la lactancia materna. Pero, ¿en qué se traduce esa defensa? La mayoría de las veces, por desgracia, en nada. Y esa nada, más que un apoyo, se termina convirtiendo en un lastre para las madres que desean amamantar.
Madres que se sienten presionadas a lactar. Madre que se sienten perseguidas y obligadas e incluso no respetadas, maltratadas o ninguneadas por sus decisiones en cuanto a la alimentación de sus hijos. Eso no es defensa de la lactancia materna; eso es maltrato, persecución y estigmatización de las mujeres, carente de la empatía y el apoyo que necesita toda madre en su puerperio.
Madres que sienten que sus hijos se quedan con hambre y son tachadas de “histéricas”, “ignorantes” o, incluso, “malas madres” por reclamar una ayuda o suplemento para sus hijos lactantes durante su estancia hospitalaria. Un acoso y derribo a la madre que la mayoría de las veces no está respaldado por la observación de una toma desde la distancia y por una evaluación real de si el niño está comiendo o no al pecho más allá del veredicto diario de una báscula que poco o nada sabe de lactancia.
Enfermeras o matronas cuyo apoyo consisten en empujar la cabeza del niño a toda costa contra en seno materno, creando una total inseguridad en una madre que se siente anulada e incapaz, dependiente de la ayuda externa. Y, aún peor, sentando las bases para que algunos niños incluso sientan rechazo hacia el pecho por todas las malas experiencias que les toca vivir en esos momentos. Batas blancas que crean una obsesión en las madres por introducir a toda costa el pecho en la boca de sus hijos, sin dedicar ni tan siquiera medio minuto a explicar que no cualquier agarre vale.
¿Calidad asistencial?
Profesionales apurados o no por el reloj (no olvidemos que en las maternidades no se trata con enfermos sino con madres y bebés perfectamente sanos y saludables) que no disponen ni siquiera de cinco minutos para explicar a una puérpera los principios básicos de un buen agarre o cómo identificar los signos tempranos de hambre de su bebé…. Todo ello, regado con una buena ración de cursos de preparación al parto que más que orientados a enseñar a las madres a disfrutar con su maternidad y su lactancia parecen estar diseñados para formar mujeres dóciles que van a los paritorios sin cuestionar nada, como ovejas al matadero.
Personal que se gana su sueldo todos los días atendiendo a las madres y cuya obligación, juramento o no mediante, debería ser la de ofrecer una atención precisa y amable, basada en la información más reciente, en la evidencia científica y en unos criterios de calidad asistencial que nunca se deberían dejar de lado.
Desde luego, hospitales con la acreditación IHAN hay unos cuantos y es una suerte que cada día haya más que se animen a iniciar el proceso para obtener el galardón de Unicef, que certifica la humanización de la asistencia al parto y el apoyo a la lactancia materna. Pero, al menos en mi caso, ya no cuelan más las declaraciones altisonantes de “en este hospital apoyamos la lactancia materna” que no estén apoyadas en hechos. He visto demasiadas consecuencias nefastas de ello.
Sentando las bases
Apoyar la lactancia materna va más allá de las palabras. Apoyar la lactancia materna requiere convencimiento, empeño, esfuerzo y dedicación real. Requiere una preocupación singular por las madres. Una actitud respetuosa, que parta siempre del empoderamiento de la mujer y de su capacitación para afrontar la maternidad siguiendo sus propias decisiones. Cualquier otra cosa no es apoyo, sino todo lo contrario, porque mina la confianza de las mujeres, las crea una situación de angustia que coarta la tan necesaria formación del vínculo materno-filial e incluso las puede llegar a convertir en fervientes militantes anti-lactancia para evitar que otras mujeres pasen por infiernos similares a los suyos.
Por fortuna, hay algunas mujeres que incluso después de semejante caza de brujas sacan fuerzas de flaqueza para pedir ayuda cuando llegan a casa y para seguir luchando como leonas, como madres, por sus lactancias, por sus hijos, por su familia y por sus ideas. Y cuando me encuentro a alguna de ellas, lamento profundamente lo que han tenido que pasar pero, siempre, y sin faltar una sola vez, alabo su coraje y su valentía, su instinto y su rebeldía, su empeño en buscar apoyo para luchar por alcanzar sus metas… Quizás porque, en el fondo, dudo de si, puesta en su situación, yo habría llegado a sublevarme de esa manera o me hubiera dejado llevar para arrojar la toalla con la lactancia a los pocos días. Quizás porque ellas me recuerdan que mis lactancias han sido bastante fáciles y que los esfuerzos que yo hago por apoyar a otras mujeres son un camino de rosas en comparación con sus experiencias. Quizás porque son estas mujeres la que dan valor y vuelven a llenar de significado el concepto de “tribu”, forjando las bases de las redes de apoyo de nuestro nuevo siglo. Quizás porque su ejemplo es un estímulo impagable y su pasión y coraje una venda que sana las heridas de la injusticia de su experiencia.
El apoyo a la lactancia materna significa:
- Implicación,
- Convencimiento,
- Tiempo,
- Formación,
- Inversión,
- Recursos,
- Empatía,
- Confianza en la mujer,
- Confianza en su capacidad de decidir,
- Respeto,
- Paciencia,
- Olvidarse de las soluciones mágicas,
- Y, sobre todo, tiempo, mucho tiempo.
Qué más quisiera yo que al menos uno de esos gerentes de hospitales, responsables de servicio o de centros de salud leyera estas palabras y le sirvieran como reflexión. Si acaso llegara el caso, simplemente le sugeriría que midiera su apoyo de la lactancia materna no en la fuerza de su convicción sobre las bondades de la leche materna sino en la percepción de las usuarias de su servicio en el apoyo recibido para amamantar con éxito a sus bebés.
Como siempre un post magnifico!!!!
ResponderEliminarQué gran post!
ResponderEliminarYo me acabo de estrenar en esto de la maternidad hace apenas 17 días. El pasado 1 de octubre dí a luz a una preciosa niña y desde el principio tenía muy claro que quería darle lactancia materna. Al pecho derecho se enganchó enseguida, pero con el izquierdo me costó un poco más, aunque tengo que decir que con las indicaciones y orientaciones de una de las matronas del hospital (el Puerta de Hierro) todo empezó a ir sobre ruedas.
Por otro lado, estoy contigo en que hay facultativos que se rigen de manera demasiado estricta por tablas y números y en cuanto el peso del bebé no se ajusta a ellos ya están indirectamente dejándote caer que si necesitas complementar con leche artificial. Me pasó el otro día con la enfermera de la niña y le contesté con un rotundo "No, no lo necesito, gracias".
Nunca reconocerían que esa medida es para quedarse ELLOS más tranquilos teniendo la certeza de que así el bebé va a ir ganando peso, pero eso no significa que sea lo mejor para el propio bebé. En fin...
Gracias gracias y gracias Eloisa porque da gusto como explicas las cosas. Voy a pasarselo a Jose para que lo mueva!!!! Un besazo
ResponderEliminarComo siempre, genial en tus reflexiones.
ResponderEliminarGenial Eloísa, totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarUn apoyo real va mucho más allá de las palabras.
en el hospital donde he parido 3 veces, la ultima vez habia un matron que visitaba a todas las puerperas, te ayudaba, te escuchaba y te resolvia dudas, a mi no me hizo falta pero a la compi de habitación le ayudo mucho en el agarre, y en ningun momento miro el reloj, tambien tenian un nuevo protocolo de no separar al bebe y la mama nunca para favorecer la lactancia, la verdad que para ser un hospital de antes nidos, ahora es muy respetuoso.
ResponderEliminargracias por el post
Yo también lamento profundamente cuando alguien me cuenta una mala experiencia con la lactancia, lo lamento por ella y lo lamento por mí, pues parece que hace que se me abra la cicatriz del recuerdo...
ResponderEliminarUn post para reflexionar, como siempre, genial.
Excelente post!! Muy cierto toooodoooo lo que dice: apoyar la lactancia materna se hace con hechos no con palabras!!
ResponderEliminarExcelente!! todas las matronas y asesoras tendrían que ser como tu!
ResponderEliminarLeia Organa, muchas gracias, tu opinión es para mi de gran interés en un tema tan delicado como este.
ResponderEliminarBeltzane, que gran suerte, porque el Hospital Puerta de Hierro es uno de esos con el certificado IHAN, así que, por lo menos, el apartado de la lactancia está mucho mejor que en otros sitios.
Tienes razón y es una pena lo de la ayudita para quedarse tranquilos. Pero igual de tranquilos se quedarían si dedicaran diez minutos a hablar con la mamá y a observar una toma con conocimiento de causa. Todo lo demás es quitarse "el muerto" de encima. Desde luego, igual de malo es quitarse "el muerto" de encima diciéndole a una mamá que su hijo no necesita una ayuda y que lo único que necesita es pecho.
Maria, muchas gracias, seguro que de la mano de Jose estás letritas llegan algo más lejos ;-)
LadyA, gracias, gracias, gracias. Tu opinión es otra de las que me aupan a seguir currandome un bueno post de vez en cuando.
Carol, a ver cuando empiezan a entederlo los que lo tienen que entender :-(
faznha, cuando me alegro de lo que me cuentas. Se ve que poquito a poco las cosas van cambiando y además desde la base, gracias al trabajo duro de algunos profesionales comprometidos, formados e informados.
LA TETA REINA, bueno, es que lo tuyo fue un cúmulo de despropósitos, en los inicios y en los finales de tu lactancia... Lo cual dice mucho de ti, eres una de esas mamis valientes que me inspiran y me animan a seguir ofreciendo mi modesta ayuda en la medida de lo posible.
Zary, como decía un anuncio de televisión: "pruebas, no promesas"! ;-)
London, por suerte, cada día hay más. Desde aquí mi pequeño homenaje a todas ellas :-D <3
Hola, aunque llego tarde, no quería dejar de comentar que me parece un post excelente y muy matizado. Y por eso mismo, me surge una pregunta y una propuesta: ¿no te sientes un poco incómoda con la postura un tanto intolerante de algunas de tus seguidoras-comentadoras-elogiadoras? ¿no te parece que podrías iniciar un debate con ellas en lugar de hacer como si todas estuviérais de acuerdo en el tema de la lactancia? Me refiero a esos defensores de la lactancia materna que consideran que al ser tan beneficiosa para los niños es algo así como su derecho, un derecho cuya salvaguarda las lleva a negar la capacidad de decisión de la mujer, su toma de postura responsable y empoderada; así, piensan que una mujer sólo puede elegir el biberón por motivos de causa mayor, y si sus motivos son poco importantes (en su opinión), las califican de brujas egoístas (por poner un ejemplo reciente (entre los muchos posibles), véase el blog de la teta reina http://lamamavaca.blogspot.com/2011/11/dando-mal-ejemplo.html (ojo también a los comentarios)
ResponderEliminarUn saludo,
Elisa
Querida Anónima/Elisa,
ResponderEliminarDebo suponer que tu eres la misma anónima que dejo un comentario en mi blog, no?
Veras, primero de todo aclárate con lo que lees.
El blog no es el de Teta Reina, es el mio, usease LadyA, mamá vaca, LadyQuinqui o como vuecencia considere más oportuno llamarme ( incluidos términos más agresivos como "intolerante", " talibana", etc, etc ) .
Segundo, me parece una falta de respeto hacía Eloísa y su blog venir aquí a buscar polémica y a llamarnos seguidoras-comentadoras-elogiadoras.
A Eloísa, más que una blogger, la considero una amiga, una persona muy curranta, que sabe muy bien de lo que habla y que es una gran persona.
¿ La elogiamos ? Pues si, porque se lo merece, porque escribe de puta madre y trata los temas muy bien, de forma muy amena y cercana.
Tercero, la lactancia materna, te guste o no, ES lo más beneficioso para un bebé y, por tanto, los bebes tienen derecho a recibirlo. Aquí seguramente es donde más difiero contigo, porque una madre tiene todo el derecho del mundo a decidir, por supuestísimo, pero el bebe también tiene sus derechos, o no?
Por último, me gustaría que me aclararás en que momento he llamado yo "bruja egoísta" a nadie, porque, por más que lo leo, no consigo encontrarlo en el texto...
Por cierto, que cuando quieras, eres bienvenida en el blog.
Elo, perdona, yo quería contenerme, de verdad..... Bueno no, jajaja...ya sabes que me va la marcha!!!
LadyA será que vamos en el mismo lote... (me tendría que dar por aludida?)
ResponderEliminarhola, soy Elisa. no sé si tiene lógica seguir aquí en este blog el debate, pero bueno: un breve apunte sólo para que no parezca que he huido o algo así. Lo primero, perdón por la confusión de blogs. Iba con prisas, etc. segundo, lo de bruja egoísta era por resumir, por supuesto que no lo dices, ni tampoco lo quieres dar a entender, ni nada. lo siento. En cuanto al por qué de dejar aquí este comentario, de verdad que no era por malmeter ni trollear, es que de verdad me sorprendió mucho la diferencia, a mi modo de ver ENORME, entre la postura de este post y la del tuyo (LadyA) por ejemplo. Y dado que, como tú dices, Eloisa escribe estupendamente y parece tener unas ideas muy buenas, me pareció interesante pedir su opinión acerca de un tema en el que hay al mismo tiempo un consenso evidente (la teta es mejor) y una polémica interesante no tan evidente (qué significa esto en términos de derechos, responsabilidades, etcétera).
ResponderEliminarUn abrazo,
Elisa
Hola, aquí Elisa de nuevo: sólo para aclarar otro detalle: no, yo no dejé ningún comentario en el blog de mamá vaca (lo estoy mirando y ya me imagino cuál es el anónimo que crees que es mío, Lady A, pero no, nolo es. Aunque use perfil anónimo (no tengo blog ni nada) siempre procuro firmar para que se me pueda responder y no haya mucho lío). Saludos,
ResponderEliminarElisa
Gracias Eloisa por este articulo tan maravilloso. Ya se que fue escrito hace tiempo pero he llegado a leerlo en el momento justo que lo necesitaba. Yo tuve una primera lactancia maravillosa sin "apoyo" alguno todavia institucional a la lactancia, y una segunda lactancia muy muy luchada con ese apoyo institucional tan de boquilla y no solo en el hospital sino del propio pediatra de cabecera. Si, cuando por mi cuenta busque otro apoyo, cuando gracias a eso y a la fé incondicional de mi marido que otros muchos no demostraron consegui que mi lactancia siguiera adelante despues de dos duros meses de dura lucha, entonces vinieron a marcarse por encima medallitas, porque ellos ya me habían dicho lo estupenda que era la leche materna. Justo estos dias en un foro muchas madres me han dicho que mi lucha no tuvo ningún sentido que es inutil tanto sufrimiento, total si con bibe se crian igual. da igual la de veces que he explicado que para mi esa lucha si fue importante, que entiendo que otras madres necesitan o prefieren no pasar por esa lucha y que me parece mas que respetable. Pero yo necesitaba salvar esa lactancia. Eso unido a que estoy de nuevo embarazada y que como humana tengo miedo a que esta vez me toque otra vez lucharla ( ya no tengo miedo de no conseguirlo , se´que lo conseguire pero la lucha en si misma es durisima aún sabiendo que el resultado merecera la pena) me ha hecho que leer tu articulo haya sido un autentico balsamo para el alma. Mil gracias de corazón.
ResponderEliminarHola Elena:
EliminarPrecisamente son mamis como tú, que encuentran sentido en esa lucha, las que dan valor a todo lo que hacemos las asesoras de lactancia y las mamis que promocionamos y reivindicamos en nuestros blogs.
Gracias a ti, porque tu comentario es también un bálsamo para mi y lo tengo guardadito para releerlo. Espero que tu embarazo marche viento en popa.
Un abrazote.
Pues aquí he caído. Muchas gracias Eloísa por todo.
ResponderEliminarNosotros también somos de los que "apoyamos la lactancia materna" pero no es verdad. Y no es verdad, porque todavía no sabemos. Pero queremos saber.
Y ahora es una suerte tenerte cerca para que nos des un tirón de orejas si hace falta, con cariño, claro. Te necesitamos.