No estoy triste. Tampoco estoy feliz. Estoy bien, intento llevarlo. Hay días en que me encuentro cara a cara con gente de mi vida 2.0 y les sorprende "verme tan bien". Siempre les respondo que si no me hubiera sentido capaz de llevar una vida mínimamente normal mientras dure este embarazo, no habría tomado esta decisión.
Tengo clarísimo que Mi Pequeña Flor se merece lo mejor de mí y esto no pasa por vivir el tiempo que tenga que vivir en mi útero inundada de hormonas de estrés y de tristeza. Por eso trato de llevar mi vida y a mi familia adelante, poco a poco, pensando en el día a día.
Un día, dándole vueltas, encontré una buena analogía para explicar porque "estoy bien". Para mí, este proceso, es como si a cualquier persona le dijeran que su madre va a morir en seis meses. Obviamente, pasas tus estados de duelo, de negación, de ira, pero en un momento dado, te das cuenta de que lo mejor es aprovechar ese tiempo que tienes y luego ya te enfrentarás de nuevo a la pérdida y al dolor.
Yo llevo haciendo duelo por mi bebita casi dos meses. Desde luego que estoy triste, desde luego que hay días que me echo a llorar solo de pensarlo. Hay días en que tengo ganas de rendirme y dejar de luchar. Pero trato de que sean los menos. Trato de centrarme en el día a día, en superar las pequeñas crisis familiares, en pasarlo bien con mis hijos, en disfrutar de mi embarazo y en acariciar mi tripa con cariño como cualquier otra embarazada.
Lo malo de todo esto, claro está, es que hay muchos hitos normales de cualquier embarazo que a mí no hacen más que recordarme que el mío (el nuestro) no va a terminar del modo "convencional". De ahí, el título del post: bienvenidas y despedidas.
Hace unas semanas sentí la primera patadita de mi hija. Fue casi un susto ¡¡¡Uy!!! ¿Qué ha sido eso? "Vaya, ni que fuera primeriza", pensé enseguida. Era una patadita (patadón) de mi hija. Y me sentí feliz, porque con esa patadita me demostraba que sigue desafiando sin problemas a los médicos petardos que le llevan augurando una "muerte intraútero" durante los últimos dos meses. Me sentí feliz por esa nueva forma de comunicación con mi hija.
Pero también me sentí triste porque sabía que mi hija tiene "las patadas contadas". También porque ahora, cuando no la siento en días, me atenaza el miedo o la angustia de pensar que se haya ido. Que ya no esté.
Por eso, ya me he empezado a mentalizar de que este embarazo estará lleno de bienvenidas y de despedidas. De ilusiones y tristezas. En un rato nos vamos a la revisión ginecológica, con la breve ecografía de rigor para ver si Mi Pequeña Flor sigue viva. Será un momento de bienvenida a mi bebé, de intentar disfrutar de su imagen y de lo poco que podamos ver de ella como si fuera cualquier control ecográfico en un embarazo normal. También será un momento de despedida, de decir hasta luego con la incertidumbre de si se volverá a repetir o no.
Estoy bien. Más que una constatación de la evidencia, es un mantra. Estoy bien, lo hago por mi hija. Se lo debo. Lo hago por mí, lo hago por mi familia. Estoy bien. Sigo adelante.
La gente no lo hace por mal pero al menos los que lean esto que lo sepan.
ResponderEliminarCuando dicen: que bien te veo o que bien lo llevas o yo no seria capaz de llevarlo con tanta entereza no estais ayudando, al revés.
Mi mujer sufrió una tragedia familiar hace unos años y le hacen daño cuando le dicen esas cosas porque la hacen sentir mal, le hacen pensar si no tendría que estar todo el día del resto de su vida llorando por lo que le pasó a su familia. Porque parece que es lo que la gente que dice esas cosas cree que debería hacer.
Te quiero mucho preciosa. Eres una mujer valiente y razonable. No vas a estar llorando. Entiendo lo que dices de la comparativa de la madre pues pase por ello. Pasas por las fases de tristeza, ira, incluso locura o despreocupacion. Pero cuando asimlas lo que esta pasando no te queda otra que seguir hacia delante porque si te paras te hundes.
ResponderEliminarTodo mi apoyo. Cuentanos que te dicen
Hace un año vi una película especial. No era un guión de una historia creada, solo era un testimonio de la gente que había conocido a un sacerdote que murió en la montaña. Pablo, que asi se llamaba, había acompañado dutrante toda la gestación a una madre que sabía que su hijo iba a nacer y morir. Pablo acudió a verla nada más nacer el bebé. Con mucho cariño lo bautizó. Su madre había hecho ya su duelo. Le despidieron entre todos con besos y abrazos. La madre contaba que su pequeño tenía como todos en el mundo, un propósito. Tu pequeña Flor tiene un objetivo con ella en este mundo. Su madre crecerá en amor y en riqueza vital y emocional. No viene para nada, viene para dar un sentido nuevo a tu vida, que ya estás descubriendo. Besos.
ResponderEliminarTe quiero mucho preciosa. Eres una mujer valiente y razonable. No vas a estar llorando. Entiendo lo que dices de la comparativa de la madre pues pase por ello. Pasas por las fases de tristeza, ira, incluso locura o despreocupacion. Pero cuando asimlas lo que esta pasando no te queda otra que seguir hacia delante porque si te paras te hundes.
ResponderEliminarTodo mi apoyo. Cuentanos que te dicen
Querida Elo, cuando un hijo llega a nuestras vidas nunca sabemos qué es lo que puede pasar. Lo que sí tengo claro es que de todo lo que nos sucede aprendemos. El amor por tu hija te muestra un camino difícil pero lleno de amor y entrega, lleno de maternidad. Mi primer hijo dejó un gran vacío, mucho dolor pero también un amor infinito que me enseñó la grandeza de ser madre y me mostró el camino a seguir.
ResponderEliminarLa vida son bienvenidas y despedidas pero todo ello implica amor y maternidad. Un beso amiga.
Eres una mujer increíble, Eloisa.
ResponderEliminarTe admiro por tu loable entereza, me fascina tu sabíduría e integridad.
Te honra además, la actitud de compartir tu duelo, no sólo para ti misma, sino por todas las mamás que algún día puedan pasar por algo parecido.
Eres un ser de luz
Virginia, lo que has dicho es exactamente lo que pienso de Elo y no sabia expresar ;)
EliminarÁnimo preciosa! todo mi apoyo, y mi cariño, a ti, y a esa barriga preciosa. Es buen mantra... te lo pillo prestado.
ResponderEliminarEres una mujer increíble, Eloisa.
ResponderEliminarTe admiro por tu loable entereza, me fascina tu sabíduría e integridad.
Te honra además, la actitud de compartir tu duelo, no sólo para ti misma, sino por todas las mamás que algún día puedan pasar por algo parecido.
Eres un ser de luz
Qué fuerza y sobre todo qué amor tan inmenso demuestras, Eloísa. Me impresiona muchísimo tu historia y desde luego, aunque tú no lo pretendas, es una lección magistral de amor de madre. Ojalá disfrutes de muchos momentos bonitos con tu Flor. Un abrazo.
ResponderEliminarCariño es normal que te sientas así, por mucho que hayas decidido seguir, por pequeña que sea la esperanza la tristeza y el medio están ahí, no las puedes quitar, los sentimientos no se borran.
ResponderEliminarMe fascina y envidio tu fuerza y entereza, ya los quisiera yo para mi. Pero en una cosa tienes mas razón que un santo, ella merece lo mejor de ti, merece sentirse querida y feliz, tus hijos mayores lo merecen, tu marido lo merece y sobretodo tu lo mereces. Mereces esa felicidad, dure lo que vaya a durar eso nunca se sabe, pero lo mereces. El mundo es por desgracia agridulce, muchas veces mas agri que dulce.
Muchísimo ánimo cariño, desde mi agujero pienso mucho en ti. Besotes
No entiendo por que es un embarazo con una sentencia tan dramatica. Por lo que he leido del sindrome de turner es algo con lo que se crece y se vive. Me podrian explicar?
ResponderEliminarhttp://www.seep.es/turner.htm
EliminarElo, yo te miro siempre con ojos de admiración. Te quiero preciosa.
ResponderEliminarBesitos,
Suu
Eloísa, es tan noble la forma de afrontarlo que estáis teniendo... y a la vez debería ser tan natural, que me asusto de porqué no deja de sorprenderme.
ResponderEliminarEloisa, tu vivencia es algo muy profundo y desgarrador a la vez, te admiro por la entereza con que lo estás llevando, yo no se si seria capaz de llevarlo así en tu situación.
ResponderEliminarAnimos, y que sepas que aquí tienes un hombro si lo necesitas. Muchos besos para ti y para Flor.
El Amor a un hijo es algo que traspasa todos los limites...
Será una despedida dulce, porque dulce es también donde está, y le estás dando la mejor de las vidas.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Solo decirte que es precioso pensar con que dulzura piensas en tu hija dentro del gran dolor y que forma de protegerla. Te mando un gran abrazo
ResponderEliminarTu hija percibe y siente todo ese amor Elo. Un abrazo
ResponderEliminarMujeres como tú son las que hacen de este mundo podrido un lugar mejor. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarNada que decirte,solo que te admiro y creo que yo no seria capaz de soportar todo eso.
ResponderEliminarY darte muchos besos y abrazos.Sé feliz de la manera que has elegido, es lo mínimo que te mereces tu y tu familia.
Dale una caricia amorosa a tu tripita de parte de mis manos. Te quiero guapa.
ResponderEliminarEN primer lugar presentarme... Soy Aurora, hace nada y menos que me he iniciado como blogger pero hace unos días que leo tu blog. Espero que no te moleste mi "intrusión" en este post. Necesito decirte que admiro con creces tu valentía. A nivel psicológico debe ser extremadamente duro, pero también me gustaría mandarte un mensaje... Te admiro por saber vivir este "aquí y ahora", por dar este amor incondicional con todas las letras a tu hija, por aceptarla tal y como es y por darle la oportunidad de vivir en el mejor cobijo que podría haber encontrado. Tu vientre:
ResponderEliminarEn cuanto a la gente, qué decirte que no sepas, vivimos en un país en el que la opinión es el deporte olímpico por excelencia. Si eres fuerte porque lo eres, y si no sabes afrontar las cosas porque no sabes. La cuestión es no callarse ni debajo del agua.
Sólo mandarte fuerzas y que vivas muchas más bienvenidas. Te las mereces.
Un abrazo profundo y sincero. No sabes la admiración y el respeto que despiertas en mi.
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