Ser madre de tres es complicado. Nadie mejor que este blog para atestiguarlo, que colecciona su buena cantidad de telarañas desde que Erik nació de lo "abandonaito" que lo tengo. El día a día resulta muy absorbente y si los post se escribieran con solo pensarlos, publicaría tres o cuatro veces al día... Pero todavía no he encontrado la forma de hacerlo.
Hoy quería hablaros de una reflexión reciente. Una de esas ideas que te gustaría que se escribieran solas, directamente del cerebro al blog, sin pasar por el tamiz del ordenador y el teclado... Y es que cuando esa idea persiste y persiste y sigue rondando tu cabeza, finalmente entiendes que hasta que no la plasmes en palabras no te dejará tranquila. Y la idea es si debemos hacer las cosas por miedo o por amor.
Con el mayor de mis tres hijos tenemos días conflictivos en los que se junta que él está poco colaborador con que nosotros estamos cansados y que en verano, al estar más tiempo juntos, es inevitable que surjan más roces. En nuestra casa tenemos pocas normas que, en realidad se traducen en una muy básica: Nos respetamos. Y eso implica que no nos pegamos, no nos gritamos, no nos insultamos, nos tratamos bien, etc. Nos respetamos.
Después de un día especialmente tenso de esos en los que acabarías lanzando las cosas al aire y perdiendo ese respeto que pregonas por tus propios hijos, y después de desfogarme con una buena sesión de limpieza (algo bueno tienen que tener estos cabreos), terminé pensando en esto mismo: ¿Por qué nos respetamos? ¿Por miedo o por amor? Porque en ese arranque de cabreo tremendo me habían entrado ganas de sacar la mano a pasear y soltar una torta a mi hijo... sí, ya lo sé, yo misma estaría incumpliendo el "nos respetamos" al usar la violencia... Pero realmente lo que me hizo pararme a reflexionar era de qué quería que dependiera la buena convivencia de mi hogar: ¿Del miedo? ¿o del amor?
Porque con los castigos o los golpes, los niños acaban obedeciendo por miedo. No aprenden que las cosas no se hacen porque no son buenas o porque son una falta de respeto a la integridad de los demás, sino que aprenden que "si me pillan me pegan" y "cuando eres mayor está bien pegar".
Y yo no quiero que eso suceda en mi familia. Desgraciadamente lo he vivido... Y si al hilo de la vilencia obstétrica hace tiempo leí que alguien decía que no se recuerda el dolor sino que se recuerda el miedo, de mi infancia no recuerdo el dolor o la torta concreta, pero tengo grabado a fuego el miedo. Y, desde luego, no quiero que esa sea la vivencia de ninguno de mis hijos y no se la deseo a ningún niño del mundo. Porque si el miedo es terrible, es peor todavía cuando te lo inflinge alguien en quien confías y lo hace "por tu propio bien".
Después de reflexionar sobre todo esto, y ya más relajada, tuve una charla con mi hijo. Le conté que nos respetamos porque nos queremos, y que, aunque cuando nos enfadamos nos sale la ira por todas partes, tenemos que hacer un esfuerzo por recordar que queremos a la otra persona porque así es más fácil evitar los insultos, los gritos o las malas contestaciones.
Recurso al miedo
Y, después de rumiar durante todos estos días esta disyuntiva entre el miedo y el amor, pues al final me la llevo también al terreno de la lactancia. Muchas veces usamos argumentos del tipo "riesgos de la leche de fórmula" o "repercusiones sobre el vínculo" o todo tipo de perjuicios si no das el pecho. Y aunque la información está ahí para todo el que la quiera ver y no haya que ponerse vendas o paños calientes innecesarios, también es cierto que el recurso al miedo no deja de ser injusto. Una artimaña o una estratagema para que se haga lo que nosotros creemos correcto.
Y, como dice Carlos González, el pecho no se da por sus beneficios o porque prevenga el cáncer, sino que se da porque se disfruta, por AMOR. Y amamantar es una acto infinito de amor y de entrega incondicional de una madre hacia su retoño. Un compromiso que se renueva infinitas veces al día y que es gratificante para ambas partes de la relación. Es cierto que puede haber problemas e inicios complicados, pero cuando esas madres superan sus problemas esa sonrisa, esas mejillas sonrosadas llenas de oxitocina, esos ojos brillantes, son un fiel reflejo de ese AMOR. Y es que la lactancia es un acto de entrega placentera y el bebé se encarga también de activar nuestros circuitos del amor y del bienestar, contribuyendo a la secrección de dopamina que nos gratifica de nuevo.
La lactancia es un circuito cerrado de amor, en el que madre y bebé dan tanto como reciben y cada uno aporta un poco más, convirtiéndolo en una espiral infinita y creciente de afecto y entrega por ambas partes. Por eso, si estás esperando un bebé, si vas a iniciar tu lactancia en breve, mi consejo es que te informes, que te acerques a los grupos de apoyo de tu zona, que localices a madres que te puedan contar tu experiencia, pero, sobre todo, que abraces con júbilo, y no con miedo, el camino que tienes por delante. Porque todo lo que se hace por amor siempre es bueno y lo que se hace por miedo (al que dirán, a las enfermedades, a la obesidad, al cáncer, a los riesgos de la leche de fórmula) no siempre lo es.
Si te soy sincera, yo soy tranquila pero cuando la ira me invade, lo paso fatal. Ahora Monstruita es pequeña y es fácil en ese sentido. Pero espero que, según vaya creciendo y tenga que enfrentarme a esas situaciones, sepa hacerlo así, como dices.
ResponderEliminarY muy de acuerdo con tu parte del post sobre la lactancia.
Estoy segura de que lo harás genial, porque intentarás hacerlo lo mejor posible. Yo creo que ninguna somos perfectas y que todas cometemos errores. Lo mejor es intentar aprender de ellos y seguir adelante.
EliminarUn abrazo,
Yo tuve un inicio de lactancia de mi primera hija complicado, entonces no tenia ni idea de lactancia, me habian dicho o yo habia querido entender que con un parto en casa todo sale de forma natural... no fue asi en mi caso. Yo me empeñe en dar el pecho (a pesar de pediatras, matronas y supuestas expertas en lactancia) busque una IBCLC que salvo mi lactancia no sin mucho esfuerzo por ambas partes. Todo el mundo cree que luche tanto x las consecuencias negativas de la leche de formula, pero yo entonces apenas sabia de ellas. Hoy he descubierto xq lo hice. Muchas gracias Eloisa.
ResponderEliminarLeticia:
EliminarMe alegro de que mi post te haya inspirado en tu camino personal. Eres una luchadora y tu lucha podrá estar guiada por muchas cosas, pero sobre todo por el amor. Estoy segura de ello.
Un abrazo,
Ojo con el amor. El amor es muy difuso, hay gente que mata por amor, hay gente que muere por amor, y por amor se puede justificar de todo.
ResponderEliminarEl miedo es más facil identificarlo. Lo más complicado de todo es el respeto, ligado a la libertad. La libertad exige educación y atención. Educar con miedo o con trucos es más facil, menos esforzado, educar en la libertad exige más sacrificios pero a la larga...
Qué gran post. Se me han quedado grabadas a fuego dos cosas. Una que no se recuerda el dolor, sino el miedo, completamente de acuerdo y otra, no se da de mamar por que prevenga el cáncer, sino por amor.
ResponderEliminarA mí llevan desde los 4 meses (ahora va a cumplir 11) diciéndome todos los pediatras que deje el pecho, que le dé fórmula, que pasa hambre, que no crece, que mi leche ya no vale... pero claro, al ser prematuro no sé cómo pretenden que pase el corte de los dichosos percentiles de los niños a término!
Total, que hasta le han mandado una leche "especial" con más calorías para cebarle como si fuera un becerro... eso sí, después de lo que nos costó instaurar la lactancia con la UCI de por medio, no estoy dispuesta a renunciar tan fácil, porque creo firmemente que -especialmente en su caso- es lo mejor para mi bebé y sé que ni él ni yo, estamos preparados para dejarla.
Lo dicho, gran post y... paciencia! :)
Que gran post! Me ha llegado al alma, que dificil es controlarnos en momntos de ira, que fácil resulta aveces terminar gritando... es lo que más mecuesta de la maternidad, lucho diariamente por aumentar la paciencia, por empatizar con mi peque de 16 meses, por no verlo, en esos días en los que estoy agotada, como mi enemigo. Leyendo post como este me hacen sentirme menos sola, aunque sea en la distancia. Gracias por compartir con nosotras tanto lo bueno como las sombras de tu día a día.
ResponderEliminarEn cuanto a la lactancia noa puedo estar más de acuerdo, tras 3 meses de mastitis, inflamaciones, perlas de leche... hasta que no me di cuenta de que no daba de mamar solo por beneficios o evitar peligros, sino por amor... la lactancia fue una tortura, a partir de ahí todo ha ido rodado, incluso los problemaas los solucioné con más calma.
Saludos y muchas gracias.
Yo tb tengo grabado a fuego el miedo... por eso quiero que mi hija solo recuerde de su infancia AMOR
ResponderEliminarDar la teta, me pareció la cosa mas linda del mundo!, ese momento es tan lindo, tan intimo, tan tan... extraño a veces poder estar en esas miradas eternas que solo te da esa posición! solo amor, así es!
ResponderEliminarLos invito a leer mi blog: www.notasdemama.com.ar
Como reflexiona "Padremalhablado", "ojo con el amor".
ResponderEliminarCreo que utilizamos una perspectiva muy occidental del amor, de la lactancia, de la maternidad. Sin duda las hembras de todas las especies dan el pecho por necesidad, porque nos toca, no por elección... salvo las hembras occidentales. Me explico. Es bonito pensar que lo hacemos por amor y que el amor es elección, pero el amor es la manera en que la especie nos "obliga" (entendedme) a estar juntos y pegados, a hacer tribu para sobrevivir. El mundo occidental ha encontrado la manera de sustituir a las madres como fuente de leche y es bucólico y sentimental pensar que las que lo hacemos por amor (que también), como si fuera algo totalmente altruista y elegido. En realidad ese amor es necesidad, pura y dura, de alimentarse (de la mejor manera) y estar juntos, calentitos, tranquilos... en paz.
El miedo... un sentimiento más como el amor. También tiene su cometido, su uso. No se puede erradicar. El miedo también es libre. El miedo no es malo, lo malo es qué hacemos con él. ¿Inmoviliza, paraliza, acobarda, amedrenta, merma, achica, o libera, moviliza, afianza, autoafirma, refuerza... ayuda a cambiar? No se puede saber qué es el amor sin desamor, ni libertad sin miedo, son dos caras de la misma moneda. Somos humanos y sentimos. Sentimos luego existimos.
El miedo a la fórmula no existiría si no existiera la fórmula misma y la posibilidad de elegir. Informar no es asustar. Las decisiones deben tomarse de forma informada y si dejo de fumar por miedo al cancer, bienvenido sea.
Hoy me ha confesado una amiga que le dió el pecho a su hija porque sabía que era lo mejor, no porque le apeticiera y que nunca lo disfrutó. Hoy, con perspectiva y más experiencia se alegra de haberlo hecho a pesar de todo.
No soy perfecta, ni lo quiero ser. Con los años he podido controlar mis miedos, claro... los miedos a mi entorno a mi medio, no están cayendo bombas a mi alrededor, tengo el super siempre abierto, tengo agua potable, luz y una red social que me cobija. Hay muchos mundos y no están en este y muchas lactancias y no son todas como la nuestra...
Saludo.
Muchas gracias por el post, me ha gustado y ayudado mucho. Sobre todo como hablas de amor y puedes reconocer sin tapujos, la ira, las ganas de q la mano salga a pasear para soltar una torta, el limpiar para despejar la ira.... Estoy completamrnte de acuerdo con lo q dices sobre el miedo, tb fui educada asi...e intento aplicar lo q comentas...pero ouffff de verdad q hay veces q es complicado..sobre todo en vacaciones..pero con tu post me dara soporte para educar basandome en el amor y conteniendo la ira...al menos durante unos dias..hasta q un dia la ira sobrepase al amor zas te pilla.... y te hce reventar ...no me pasa a menudo...........pero a veces..oufff
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