Hoy he leído dos artículos que me han "removido" bastante neuronas y sentimientos internos. Todo ha empezado siguiendo en Facebook este enlace que publicaban dos de mis contactos. Y no podía estar más de acuerdo en muchas de las cosas que decía. En casa tenemos los roles a nuestro aire y el que está en el grupo de whasapp del cole es mi marido, que me va contanto las aventuras y desventuras de por allí. Muchas de ellas, como cuenta la madre del artículo, relacionadas con deberes, tareas, etc.
A nosotros nos resulta un poco sorprendente porque con Darío lo único que hacemos al respecto es preguntarle si tiene tareas y pedirle que las haga antes de ponerse a jugar con otras cosas para que así no se agobie a última hora si se le han olvidado. Y normalmente es él el que saca la carpeta después de comer y se pone por su cuenta. A veces nos pregunta algo o nos dice que no lo entiende y su padre o yo nos acercamos a ver si le podemos ayudar a entenderlo mejor. Otras veces, con inglés sobre todo, nos pregunta sobre la grafía de una palabra. Nuestra política en este sentido es ayudarle un poco porque entendemos que es un segundo idioma complicado en el que lo más importante es adquirir el habla (y el oído) y la escritura debería llegar más tarde. Pero recuerdo un día recientemente que estaba deletreando los números del uno al 20 y después de ayudarle en varias ocasiones le dije que yo no podía hacer los deberes por él y que si no era capaz de acordarse o mirarlo en el libro, quizás es que debieran repasarlo en clase... Sin agobios, sin preguntar en el grupo de whasapp o mirarlo por internet. Creo que nuestro hijo ni siquiera es consciente de que participamos en ese canal de comunicación.
El apocalipsis
El artículo que he enlazado al principio enlaza, a su vez, con otro de la vanguardia con una visión mucho más apocalíptica de lo malos padres que somos en esta generación y los grandes males que les traemos a nuestros hijos por ser padres helicóptero o apisonadoras. La verdad es que es un poco chocante porque, a pesar de los ejemplos americanos (que parece que nada nos sorprende ya del otro lado del charco), no parece haber contactado con la "otra parte", con los padres esos a los que acusa de ser tan "malvados" por acción o por omisión. Qué menos que contrastar ¿no? O tal vez como no es propaganda electoral no hay que dar voz por cuotas de representación :P
En fin, que lo que me ha venido a la cabeza después de todo esto es que son problemas que se gestan en la primera infancia, o en los albores de la paternidad de cada familia. Hoy en día vivimos en una ma/paternidad en la que el sentir general es que todo tiene que estar reglamentado:
- los bebés tienen que comer cada x horas,
- después tienen que dormir x horas,
- hay que cambiarles el pañal x veces al día,
- darles un baño diario,
- y estimularles durante x tiempo.
- Tienen que dormir en la habitación de sus padres hasta los 6 meses
- y a partir de entonces en su propio dormitorio.
- Tienen que comer 18 cereales a los 7 meses,
- y haber probado 4 clases distintas de pescado a los 11.
- Tienen que dejar el pañal cuando lo dice la educadora de la guardería
- y dar besos cuando lo dicen sus padres.
Y si cualquier niño se sale de esta normalidad, nosotros somos muy malos padres y tenemos que seguir métodos de re-enseñanza para quitarles las malas costumbres que han adquirido por malos hábitos. A nadie (o casi nadie) se le ocurre decirnos que eso es normal y que casi ningún niño cabe en ese esquema... un traje cultural diseñado para querubines cuasiperfectos que no les cuadra ni a los de los cuadros de lso museos.
Desempoderamiento aprendido
El desempoderamiento de los padre es tremendo. Nadie te dice que tienes opciones o corrientes entre las que elegir. Parece que las cosas solo se pueden hacer de una manera y si no consigues amoldarte a ese molde, fracasarás como padre y tus hijos te tomarán el pelo. Pero, casi lo peor de todo, es que NUNCA jamás de los jamases hay que hacerle caso al niño, que no sabe lo que hace ni lo que pide, sino que hay que habituarle a unos horarios, a unas comidas, a unas pautas.
El bebé es que casi ni siente ni padece y son los padres lo que deciden por él en todo momento. Pobre criaturita que se va a convertir en un adulto desgraciado sin oficio ni beneficio si le alimentamos a demanda o dejamos que él decida dónde y con quién quiere dormir o que elija su menú para comer en lugar de la papilla de turno.
A los padres se nos hace responsables de cada hipo de nuestro bebé y se nos hace vivirlo con angustia y con culpabilidad. Si le das teta porque así no sabemos cuánto come y si le das biberón porque le estás quitando los beneficios de la teta... Y así con cualquier cuestión relacionada con la crianza. Si es guapo es por casualidad, si es feo nosotros tenemos la culpa. Si se comporta bien es que es muy bueno, si se saca los mocos es que no le hemos sabido quitar ese hábito de raíz.
¿Existe la autorregulación?
Y si empezamos nuestra senda familiar convencidos de que nuestro hijo no sabe cuándo tiene hambre y que nosotros hemos de decidir por él... y si nos inculcan que nuestro hijo controlará el esfinter si le ponermos unos horarios y no por su maduración normal... ¿por qué nos sorprendemos de que los padres nos echemos encima la tarea de controlar los deberes y que estudien para los exámenes? Si parece que lo único que hemos aprendido en la ma/paternidad es a desconfiar de las habilidades y de la "autorregulación" de nuestros descendientes.
Así que si queremos cambiar el paradigma de la paternidad en la etapa escolar, debemos empezar por cambiar el paradigma en la primera infancia. Dejar de reglamentar y cronometrar a nuestros hijos, dejar de compararlos con gráficas de crecimiento o con los vecinos, dejar de culpabilizarnos por cosas que escapan a nuestro control y dar el salto de fe de empezar a creer en ellos, dejarles tomar las riendas y quitarnos el uniforme de guías y conductores para convertirnos en acompañantes y mentores.
Plas, plas! De acuerdo contigo Elo! Yo es que tengo la suerte de dejar que mis hijos hagan en lugar de hacerlos hacer, que además eso de los deberes da para mucho y que confio en que sabrán asumir los efectos de hacerlos o no! Les acompaño pero no mas! Les he dado pautas de habitos de estudio para que ellos adapten como lo consideren... En últimas, les he dejado ser!
ResponderEliminarPero su es cierta esa desempoderacion y falta de confianza de lois padres y madres: son muchos los que se sienten continuamente incapaces o superados, marcados poir estándares ficticios de parentalidad perfecta ...muy buena tu reflexión.
Confiar en nosotros y en nuestros hijos es el camino.
ResponderEliminarpero qué clarito...confiar, esa gran palabra.
ResponderEliminarOlé. Ya lo has dicho tú todo. Y me he quedado flipando con el artículo enlazado.
ResponderEliminarPues nada que añadir, que lo has dicho todo y muy bien. Confíemos.
ResponderEliminarGenial este post. Habría que empezar por asumir la premisa de que si hay que hacer un master en alimentación infantil y en puericultura para ser padres, si ser padres fuese realmente tan complicado y hay que seguir las pautas de un libro...te digo yo que la especie humana se habría extinguido hace tiempo.
ResponderEliminarMuy de acuerdo, pero creo que es algo aun mas profundo, se ha dejado de respetar al niño por serlo y a creer que son únicos e irreperibles y eso unido a que ya no vemos como los demás crían a sus hijos, la tribu.
ResponderEliminarhttp://mimamayanoespediatra.blogspot.com.es/2014/10/aprendiendo-respetar-julia.html?m=1
Creo que la sociedad debería despertar y darse cuenta de que los niños no son robots a los que hay que enchufar el biberón a X horas para recargarles las pilas. Olvidamos que son seres humanos con sus necesidades, caracteres y emociones. Los clasificamos y amoldamos a un patrón que poco coincide con la realidad. ¿Lo peor? Cuando el niño rompe esos patrones y los padres siguen empeñados en amoldarlo a lo que la sociedad dice que deben hacer a esa edad, cuadriculamos nuestras existencias y las de nuestros hijos, sin ser capaces de abrir los ojos y darnos cuenta de que es una persona, de que hasta nosotros lo seguimos siendo. Un abrazo y genial artículo.
ResponderEliminarYo le digo a mi hija: "no hagas tarea ninguna, si quieres le mando una nota a la maestra" y ella "que si, que ya la hago yo" :-D
ResponderEliminarQue la vida es fácil, y nos empeñamos en complicarla siguiendo patrones absurdos!!!
Abrazos, Elo!
Hola! Muy buena tu aportación...y así es, parece que hoy en día todo se ciña a unas reglas marcadas por la sociedad, y en especial en el tema de maternidad/paternidad. Parece que tienes que seguir unos patrones establecidos para que todo funcione bien y se considere adecuado, cuando la realidad de padres y madres no tiene porque responder de la misma forma.
ResponderEliminarOs invito a visitar mi blog sobre psicología, http://lapsicologiasindivan.wordpress.com/.
También en Facebook: https://www.facebook.com/pages/La-psicolog%C3%ADa-sin-div%C3%A1n-Psicolog%C3%ADa-online/734005753335485
Un saludo!
Muy de acuerdo contigo desde luego.
ResponderEliminarBs
es un muy buen blog de maternidad: Aspectos a tener en cuenta en la historia clínica para materno claps
ResponderEliminarque es una Historia Clínica Materno Claps
Ains, ya sé que estás pasando unos momentos duros, pero se echan de menos tus posts!!
ResponderEliminarBesotes
Bravo, nos quejamos de que la gente no piensa por sí misma pero es que ya desde la cuna les obligamos a someterse
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